Durante mucho tiempo trabaje duro porque era la forma de conseguir las cosas, como me habían enseñado, y yo asimilado, con la seguridad que era lo mejor para mí. Viajé, conocí mucha gente, que me aportó muchísimo, aprendí del trabajo, de otras culturas, de la adaptación, de mis límites.

Toleré más que acepte, distinción importante que compartiré con Ustedes más adelante. Tuve momentos de felicidad absoluta y su opuesto donde tuve el gusto de encontrarme, quizás no gustarme y decidir qué cosas son las que me gustaría hacer diferente.

Me di cuenta que mi vida no iba por el camino que quería, y la gran pregunta de ¿Ahora qué hago?

Creyente aunque por momentos muy enfadada con mis creencias, generando en mi entorno amores y todo lo contrario, por suerte en una parte mínima, y ahí aprendí que no le puedo gustar a todos y que no hace falta tampoco, porque eso también hace que crezca.

En todo este camino conocí al Coaching y me gustaría en este blog compartir algunos de esos aprendizajes tanto del sector de RH como las herramientas que nos ofrece esta forma de ver el mundo.

Aprendí que con más o menos torpeza cada uno busca lo mejor que le viene en el momento que transita.

Que no hay recetas ni soluciones mágicas, que las heridas se curan con el tiempo y las caricias positivas.

Que un feedback positivo es gratificante y necesario.

También que el Otro es alguien diferente a mí, con otras gafas para ver el mundo, otras creencias y otra cultura, y si te dejas llevar un poco, puedes aprender mucho de lo que te transmiten. Esto no significa que perderás tu esencia, simplemente te nutrirás de otras miradas.

Con este resumen lo que quiero es invitarte a que nos encontremos una vez por semana. Y que me acompañes en esta nueva etapa, en la que espero ofrecerte diferentes puntos de vista para ti y que sea un placer conocerte o reencontrarte.

¿Me acompañas?